EL SILENCIO DEL ABUELO
PROLÓGO
Las adversidades, así como los breves o muchos momentos de felicidad en familia, dependen de múltiples aspectos que se presentan a lo largo de su proceso de desarrollo y consolidación.
Uno, es el ejemplo vivo de los padres en cuanto a los valores que siembran en sus hijos cuando son eficaces guías que conducen a su desarrollo integral: emocional, social, afectivo, económico y, sobre todo, a su independencia y reflexión para su crecimiento personal. Dos, es el grado de corresponsabilidad que hay entre los familiares a través de todos los tiempos de sus vidas.
Esta es una gran perspectiva o punto de vista desde el cual el escritor Luis Saúl Vargas Delgado, toma como mecanismo narrativo de la novela EL SILENCIO DEL ABUELO, que permite captar y/o visionar en toda la dimensión novelesca, varios ejes humanos que son punto de partida para desarrollar una temática trascendental; abuelo y familia, mediados por el silencio, la evocación , el recuerdo, las introspecciones de los otrora personajes dinámicos (el abuelo) y que mirando el pasado van dejando reflexiones profundas sobre diferentes etapas de vida y sus condiciones, y sobre la convivencia de los miembros de la familia de acuerdo con sus intereses y motivaciones.
La narración de la historia central enriquecida estructuralmente por el diálogo, entre los personajes principales donde se suma la reflexión con argumentos sólidos, razones válidas y criterios basados en palabras sacras, bíblicas; conducirán a los posibles lectores a repensar sobre su esencia y conducta humanas especialmente en relación con la familia y sobre todo con sus abuelos.
Esta obra por su interesante temática universal, me hizo recordar el poema "Hágame una carta" de la escritora María Ofelia Villamizar Buitrago, declamada excelentemente por el Indio Rómulo, hasta hacer llorar a muchos de sus oyentes. Y, es que desconocer la labor desinteresada que cumplen buenos padres desde nuestra niñez hasta bien entrada la madurez, y, dejarlos en abandono es una condición y respuesta despiadada de los hijos.
El narrador omnisciente desde una postura crítica y recusadora, expone pensamientos acertados entre lo que cada miembro de la familia piensa y practica especialmente en relación con hechos que involucran intereses materiales y su forma de ser y actuar acertados o no con sus predecesores lo cual permite identificar necesidades y soluciones.
Las reflexiones abarcan vivencias de la niñez en familia que trascienden la vida humana para bien o para mal, hasta la presencia de abuelos en un asilo, abandonados como Cosme. Y esta situación genera interrogantes, aspecto importante en el tema novelado: ¿Para qué se enseña a los hijos? ¿Cómo asumen su vida en relación con su familia? ¿Qué legado dejan los padres a sus hijos? ¿Por qué se abandona a los abuelos que son ternura, sabiduría y amor? ¿Por qué se les confina en asilos geriátricos, cuando han dado todo de sí? y así surgen otros interrogantes que tienen como meta que participemos en familia y/o en sociedad pro-activamente para alcanzar la felicidad.
Si los lectores de esta interesante obra ético- didáctica, dan respuesta a estas y otras preguntas, encontrarán espacios de reconocimiento personal sobre sus acciones, encontrarán buenas pautas y pasos para decir como en la novela: "Dios los bendiga y los proteja para que en lo sucesivo encuentren la manera de ser más justos y comprensivos con ustedes mismos".
El perfeccionamiento del hombre depende de la capacidad de auto-crítica, de introspección, de la capacidad de diálogo, la responsabilidad social y de negociación de conductas cotidianas en comunidad familiar, para que haya armonía familiar y calidad de vida. Dice el protagonista: " Les digo con mucho cariño que ustedes son los únicos responsables, si se lo proponen de lograr esos objetivos", los de estudio, constancia, disciplina entre otros.
El patrimonio material, religioso y moral de padres a hijos debe trascender hasta la ancianidad cuando ellos necesitan de cuidado y protección de parte de su prole; así no se verán abuelos aislados, abandonados, tristes, silenciosos y depresivos como la mayoría de los que habitan en asilos de ancianos y hogares geriátricos…
Con la invitación a leer esta novela va la de proteger a los abuelos, a responderles uno a uno, por los cuidados que nos prodigaron; ellos, los abuelos son nuestros héroes a seguir, nos hacen sentir especiales; bebamos en la sabiduría de sus recuerdos y experiencias de vida, gocemos su ternura y del calor de sus acariciadoras y trabajadas manos, los abuelos son fuente de amor leal y comprensivo, son maravillosos. ¡Démosle cariño, amor, afecto y cuidados! "A nuestros abuelos debemos llevarlos en nuestro corazón y ahí permanecerán para siempre"
Flor Delia Pulido Castellanos
Magister en Literatura
Pamplona, 29 de marzo de 2.019
CARTA ENVIADA POR EL ESCRITOR EDUARDO CABALLERO CALDERON
Tipacoque, Febrero 2 de 1984
Señor Profesor
LUIS SAÚL VARGAS DELGADO
Universidad de Pamplona
Pamplona
Mi estimado amigo:
No quería contestarle su carta de enero 14 hasta no haber leído “Bichirgas, mi heredero” que usted me enunciaba en ella. Hace pocos días terminé de leer el libro, que me ha parecido excelente por muchos motivos, entre otros el de ser algo así como una biografía de un campesino de la región del Chicamocha. La pintura de los personajes es muy buena, así como el pensamiento expresado en diálogos y monólogos que ponen al lector a asomarse al alma de todos ellos.
Me parece muy buena la noticia que en el departamento de Psicopedagogía y Lingüística de la Universidad de Pamplona estén analizando su obra, pues realmente ella merece una consideración de ese género. Lástima, sí, que se trate de una edición limitada y sobre todo circunscrita a los lectores de esa Universidad y de la cuidad de Pamplona. Para conocerla el país y poder ocuparse de ella los periodistas y los críticos nacionales se necesitarían una edición lanzada al público por una de las grandes editoriales colombianas.
Aprovecho esta oportunidad para reiterarle los sentimientos de amistad muy sincera.
EDUARDO CABALLERO CALDERON
CARTA ENVIADA POR EL DOCTOR ANGELO DI SALVO A LUIS SAÚL VARGAS
INDIANA STATE UNIVERSITY
Department of Foreign Languages
Junio 27 de 1986
Muy estimado señor Vargas:
Me han pedido leer su novela y hacer algunos comentarios. Primero creo que está muy bien escrita y mi opinión es que usted tiene el don de la palabra para escribir obras de la imaginación como lo es la novela. Me gustó su novela Bichirgas, mi heredero por su hermoso castellano bien escrito y por su color local de las montañas de su bello país. También aprecié su interés por las condiciones sociales y políticas de los campesinos. El diálogo es interesante y fluye bastante bien reflejando la manera de hablar de su tierra.
Terre Haute. Indiana 47809
(812) 237 - 2368
Dr. Angelo DiSalvo
Indiana State University
COMENTARIOS A LA NOVELA “Bichirgas, mi Heredero” DE LUIS SAÚL VARGAS DELGADO
POR: SALOMÓN HERRERA BARRERA
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
La Universidad de Pamplona en sus múltiples etapas del desarrollo intelectual ha llegado a ver las primeras muestras de creación humanística en diferentes campos del saber. Particularmente en el campo de la literatura, paralelo a la enseñanza y complementario de ésta, el profesor Luis Saúl Vargas Delgado hizo la primera publicación de su obra “Bichirgas, mi Heredero” que ha suscitado comentarios dentro y fuera de la Universidad de Pamplona.
El escritor Eduardo Caballero manifiesta su apreciación sobre la obra en estos términos: “Hace pocos días terminé de leer el libro, que me ha parecido excelente por muchos motivos, entre otros el de ser algo así como una biografía de un campesino de la región del Chicamocha. La pintura de los personajes es muy buena, así como el pensamiento expresado en diálogos y monólogos que ponen al lector a asomarse al alma de todos ellos”. (Tipacoque, Febrero 2/84).l director de la Academia Bilingüe “Benjamín Frankim”, de Pamplona, Jaime Uribe P., también expresa por escrito sus opiniones con respecto al escritor de “Bichirgas, mi Heredero”, dice: “Saúl Vargas, eminente profesor universitario y unidad pensante de la juventud boyacense, tiene en su contra todo, y a favor, muy poco, como diría la frase poética: la indiferencia de un público sordo falsamente orientado, la socarronería de muchos críticos de frase lapidaria que hablan para menospreciar el talento ajeno”…”Su estilo es uno, pertinaz, chispeante, logra entusiasmar al lector desde la primara hasta la última página de su novela iluminada”.
El concepto formado en el Colegio Provincial de Pamplona, en la misma Universidad y otros lectores da como resultado la apreciación de que “Bichirgas…” aparece como un libro escrito en lenguaje popular y sencillo pero que todos sus pormenores son muy controvertidos porque presentan asuntos de la vida real muy raras veces tenidos en cuenta por otros novelistas, como el campo práctico de la vida social y la relación entre estamentos de la misma.
Personalmente reúno parte de comentarios hasta el momento manifiestos sin dejar de lado el hecho natural de que, en el mismo Departamento de Lingüística y Literatura nunca se haya hecho un pequeño análisis de esta obra, ni considerado a su autor de manera especial, sino como un compañero más de labores académicas; apenas es explicable por la especificidad de las ramas institucionales de cada profesor y el escaso tiempo para hablar de esa clase de labores que en el futuro podrían ser útiles a la Universidad y al público en general. Y, dejando un poco al final los comentarios de diversas fuentes, intento presentar mi opinión personal al respecto: Bichirgas aparece bajo la tutela del Dios mítico que a todos prodiga pan y abrigo sin que tenga la necesidad de preocuparse. Nace en forma natural como nacen las plantas y los animales, esto es, los seres más sanos del mundo y transcurre su vida de igual manera. Sin culpar al destino, porque éste no se responsabiliza, y termina defendiéndose solo ante la adversidad. ¿No es ésta una categorización del campesino colombiano, del hombre de trabajo en sus moldes culturales? Apenas hemos mirado la obra por encima, no hemos podido llegar a su estructura profunda. La soledad está presente a largo plazo y envuelve al protagonista sin dejar de ser una soledad social, una soledad acompañada de preocupación, del libre albedrío de los demás, abuso del derecho y del poder, reemplazo de las buenas costumbres y la mejor conducta social por el despotismo ilustrado o, el analfabeta.
En una simple novela “Fácil”, o de distribución “por conveniencia” no aparecen estos factores sustentando el objeto de la trama, la acción de los personajes, ni marcando el espacio y el tiempo del relato, porque casi siempre su objetivo es de despistar, distraer, embaucar al consumidor de esta literatura. Las manos encallecidas de Bichirgas, la dedicación de su vida a las labores rústicas y la perpetuación de las normas, podrían analizarse como detalles obvios y sencillos, pero el manejo de los caracteres subyacentes no lo puede hacer sino un conocedor profundo de esa realidad social, para que nos diga en dónde y cómo se halla Bichirgas y qué utilidad presta.
El profesor Vargas tiene escrita su segunda obra “Mi Niña, María de Jesús! Y únicamente espera lograr su publicación, para experimentar el juicio que le pueda hacer la crítica popular, porque parece más complejo y más aproximado a los objetivos, que el juicio individual de un crítico por tener algo qué decir.
PRÓLOGO Muchos escritores acompañan sus obras hasta los reinos del lector, con elementos de la literatura que involucran revelaciones extraordinarias del texto, los autores suelen reflexionar sobre lo que escriben, donde se convierten en objeto de atención. Hay un tiempo para todo. Hay un momento en que el escritor envía lo fundamental de su mensaje, el aporte de su transitar por el oficio de la escritura. Historias hechas a la medida codifican al escritor como un investigador de la conducta profunda del hombre en sí mismo, en relación con la otredad. Actualmente el novelista se considera para testimoniar el desorden del mundo heredado y plasmado en códigos personales, familiares y sociales que lo perpetúan. Tras el reto de la hoja en blanco, crece la posibilidad de una ordenación particular de un universo, proponiendo una reordenación literaria. Los tiempos le permiten un quehacer definido, enriqueciendo propuestas literarias convenientemente fabuladas. Los que escribieron La Biblia consiguieron retratar episodios épicos, dibujaron etapas sublimes y terminaron remozando las fachadas del cristianismo, ejercicio impuesto desde su condición de escribas de una religión impuesta por un episodio histórico. El compromiso del hombre de letras. Es el impulso del hombre que emplea la escritura contra un espacio de la Historia. Asumir las convenciones, arriesgarse al escarnio moral, identificarse con el acto heroico, aunque la finalidad CAMINO AL EDÉN: ES MI VIDA 12 al final fuera un acto prescindible para conseguirla. No sería demasiado injusto ver en las novelas históricas o en un compendio tradicionalista, por ejemplo, la consecuencia de un justificativo sobre cómo es la conducta más allá de la inquisición moral, mensaje sin duda dirigido a lectores exigentes para que se asomaran a emociones fuertes. Por eso, recordamos la frase de André Gide: “Hay que haber vivido un poco para comprender que todo lo que se persigue en esta vida sólo se consigue arriesgando a veces lo que más se ama...”. Luis Saúl Vargas Delgado se identifica con dicho argumento. El hombre de letras, sabe distinguir la necesidad de enfrentarse a las cosas que acusamos a diario. Este escritor boyacense, conocido hombre de aula, entró en el plano narrativo con la obra Bichirgas, mi heredero. Nacido en Tipacoque, en el ambiente de un poblado humilde y maravilloso, quedó prendado del virus literario desde muy temprana edad, algo que se nota al mirar hacia atrás en el recuerdo. Desde allí emergió para realizar altos estudios: Licenciado en Filología Española e Inglés de la Universidad Pedagógica y Tecnológica, de Tunja; con posgrado en Literatura Hispanoamericana en el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá. Fue profesor del Departamento de Lingüística y Literatura de la Universidad de Pamplona. Ex-decano de la Facultad de Ciencias Socioeconómicas y Humanidades. Convivió con la virtud pedagógica toda la vida como el factor más determinante de su existencia, más que su próspera carrera literaria. El amor hacia su ejercicio como hombre de letras le lleva a construir más su vida, aunque en el desarrollo personal el aprendizaje le permitiría acumular un capital de vivencias novelesco que con el tiempo harían posibles las novelas Mi Niña María de Jesús; Chepito, el Comprometido; El Jardín de los Recuerdos; La Soledad de Germina; Zarzalita; Ilusiones y Sombras de Don Polo; El Americano, La Filosofía de los Cúchicos; Ilusiones de María Angustias; La Fuerza del LUIS SAUL VARGAS DELGADO 13 Amor;, así como otras composiciones. Camino al edén: es mi vida le permite ocupar un sitio en la novelística colombiana, pero no se resigna al hecho de gran constructor de la narrativa. Luis Saúl Vargas Delgado apuesta por destinos de más alto vuelo, a lo que dedicaría esfuerzo reflexivo organizativo y creaciones excelentes frente a las novedades recientes y los aportes de las nuevas fuentes del conocimiento Tal vez por una concepción de ser persuasivo más allá del hecho creador y también, porque nunca pensara en una de esas obras “definitivas” tan complicadas para elaborar best seller literarios, Luis Saúl Vargas Delgado es actualmente un escritor que goza de mucha credibilidad, también de lectores asiduos que ven en su obra una coherencia imprescindible para las “tesis” contenidas en sus criaturas vertidas en el papel. Porque Luis Saúl Vargas Delgado es un representante de la literatura hecha con mucho criterio, bien dotada con fundamentos del pensamiento y lenguaje, aunque influenciado, de cualquier tentación de reflexión dialéctica. El hombre educador que ha ganado su status, su espacio y que comparte con otros escritores la inquietud en ambientes apropiados, conserva el punto de vista del arte de novelar y no pierde nunca el perfil de la observación, aceptable para los creadores de oficio. Evidentemente en Camino al edén: es mi vida hay un discurso literario sobre la situación existencial, incluso sobre el mesianismo, pero cuenta más “el exordio” sobre la condición humana y una idea de destino plenamente distinto. El autor lo ha propuesto en una breve cita bíblica, su asimilación teórica para que la novela llegue acompañada de interpretación hasta el templo donde la aguarda el lector. Camino al edén: es mi vida es una obra interesante, como lo es cualquiera que pueda recordar, de Luis Saúl Vargas Delgado, y no traigo a colación alguna obra en particular del escritor boyacense, porque como la de lo más selecto de la novela colombiana, plantea el dilema de qué es bello o feo en narrativa. El lector de su última novela CAMINO AL EDÉN: ES MI VIDA 14 adquiere la impresión textual de la armonía entre todos los elementos significativos de esta obra, transformando en sistema lingüístico las licencias técnicas y los personajes, no en valores superfluos, sobresaliendo por encima de la verbalidad. El autor se toma el poder de narrar con toda libertad, pero también indagando su demonio interior, sin llegar a desdoblar la lógica interna de la novela ni el alma de sus protagonistas. Es decir, queda al alcance del lector una lectura fluida de la conducción del autor. Propiedad situacional, también en la descripción del estado anímico y extrapolación en el lenguaje, tanto en la descripción ambientada como en los diálogos. Y es determinante la solución del requisito de la trama-intriga como totalidad de la arquitectura novelesca. Camino al edén: es mi vida se ha beneficiado del prestigio de la visión de la imagen, realizada como por un maestro de la novela ligera. Tras la lectura de la novela, una relectura de las páginas adentro desde la intención de consumir una historia de integración y propiedad vivida en el mundo latino, nos remite a la belleza de la preponderancia positiva de un universo edénico, resiste la comparación con la poética del divinismo complementario de un arte narrativo por excelencia. Partidario de una expresión literaria activa, de la fidelidad de la conciencia, de la entrega idealizada al impulso creacional, Luis Saúl Vargas Delgado se identifica y es una opinión muy particular con la propuesta de Henry James de que “La razón única de la existencia de una novela es que trata de representar la vida”, aun tolerando esas concepciones originales que a unos les hace pensar en la historicidad novelesca, en el caso de que alguien lo niegue, y a otros llegar a novelar, tratando de recuperar su intención de contar algo en especial y el arte de novelar. Indudablemente esta obra nos deja una emoción muy grande y un deseo de repetir la lectura. Es el caso de esta nueva obra de Luis Saúl Vargas Delgado, recluido en el reino de la angustia metafísica y desdoblado en el oficio sagrado de LUIS SAUL VARGAS DELGADO 15 narrar. Él sabe lo que significa despertar la razón, y experimenta el riesgo como un anticipo de representar y hasta ilustrar una experiencia específica, como una propuesta en la medida de una historia feliz. En cuanto a su edén, es un término supra terrenal, cosa que ha escogido para refrescar su última novela y ser reconocido como un novelista a tiempo completo. La considero la más voluminosa que las anteriores, la más acabada de las novelas que ha concretado, algo así como un punto medio entre el antes y el después fundamental. Su composición cuenta de grandes recursos, en una ceremonia narrativa especialmente estructurada con mucho criterio, en un gesto de analogía culta, más que de literatura insidiosa. Gilberto Abril Rojas
UNA LECTURA DE LA NOVELA “CAMINO AL EDÉN: ES MI VIDA”
Por: Flor Delia Pulido
“… “la literatura es efectivamente
una forma particular del reflejo
de la realidad objetiva, le importa
captar esa realidad tal como es…”
György Lukács
El novelista, a través de la historia de la literatura ha expresado la realidad del mundo y del hombre enfrentando a éste consigo mismo, con el otro y con el orbe, para no petrificarse, para no ningunearse y ha mostrado la realidad – realidad o la realidad imaginada, desde múltiples perspectivas artísticas; unas veces a través del cosmos bucólico o del costumbrista; otras, con una visión romántica o moderna y otras con una mirada de lo real maravilloso o desde lo eminentemente realista, entre otras visiones que van constituyendo escuelas literarias y clases de novela.
Teniendo en cuenta lo anterior y el epígrafe de Lukács, aludo en esta oportunidad al escritor Luis Saúl Vargas Delgado, quien en su novela “Camino al Edén: es mi vida” saborea su propia existencia; recorre, como él mismo dice, los vericuetos de su vida mediado por el protagonista Carlos.
Con estilo sencillo, despojado de ambigüedades y de complejidades literarias, presencializa en lenguaje coloquial, varias etapas vividas, sentidas y pensadas. Los diferentes lugares vivenciales en los que se mueve el protagonista; soportan en narración fluida las emociones, preocupaciones, esfuerzos y valores familiares y personales; testimoniando una historia de vida interesante donde aflora lo telúrico, el trabajo agrícola, la familia, la escuela, el colegio, la universidad ya como estudiante o como docente; en fin presenta la sociedad tradicional y/o urbana que coadyuvan a sostener con persistencia las diferentes épocas de su vida.
En todas esas circunstancias se erige en la novela: “Camino al Edén: es mi vida”, un eje estructurador: el deseo de superar su condición humana de casi analfabetismo vivido en el área edénica rural. Para ello, se tiene en cuenta la confianza absoluta de alcanzar un futuro mejor; lo cual le exige un modo de ser moderno por la salida del hombre de la tierra, por su paso a la sociedad urbana, por la sed de conocimientos y por la oportunidad de expresar paralelamente el ayer frente al hoy mediante una crítica reflexiva en torno a hechos y conductas relacionados con el orden existente donde ahora vive y debe responder y comportarse de acuerdo con exigencias de un mundo más culto si se quiere y más competitivo.
Así, el escritor plantea mensajes y hace interpretaciones, compara valores entre el universo rural y el espacio de la ciudad pequeña, entre las costumbres y la praxis de la juventud de ayer y las de hoy; pero estos cuestionamientos no oscurecen su panorama del futuro. Hay utopías personales las cuales se concretan con el paso del tiempo. El protagonista Carlos legitima sus derechos individuales basados en sus valores, evoluciona y expresa tanto su mundo subjetivo e inquieto, como sus sensaciones y su juicio estético para valorar la naturaleza edénica.
Su sensibilidad desde la niñez ha estado a flor de piel y le ha permitido tener capacidad para percibir la belleza natural de Boyacá y responder ahora en las descripciones estéticas de su novela, a esas emociones vivenciadas profundamente. Para él, observar el atardecer y su entorno es: “… momento sublime de armonía y reposo, uno de los más hermosos de mi vida porque no quedó tiempo de pensar en nada, sólo dejarme arrastrar inconscientemente por el laberinto de la sensibilidad espiritual que produce goce inefable”.
Desde otro punto de vista, la actitud del protagonista es renovadora, pero cuestiona el ahora a través de la des-literaturización parcial de la obra, es decir el discurso se hace más reflexivo. Es un protagonista héroe que sale de su minoría de edad, encuentra o forma autonomía al tenor de su confianza en su propia capacidad de ser y actuar en un espacio nuevo. Al cultivar los saberes, como el “hombre moderno”, cree que logra la plena realización humana, su edén; sí es así, pero lo tradicional, la presencia de lo telúrico sigue ahí en su vida, por eso evoca con nostalgia la belleza natural de su vereda, su hermosura y armonía originarias.
Reitero que su progreso en conocimientos múltiples basados en la disciplina y el estudio no lo alejan del Edén primigenio, esto más bien le sirve para buscar y crear un nuevo Edén. Su espíritu se fortalece, lucha contra pequeños conflictos y sale avante, se responsabiliza de todo cuanto hace y dice, a la vez, que desanda en la evocación, caminos de su infancia y adolescencia y otras etapas con sus problemas e inquietudes.
La novela “Camino al Edén: es mi vida”; es el reflejo de la consciencia histórica comprometida que su creador literario patentiza en un lenguaje popular. Las preocupaciones existenciales, la lucha por una vida digna y la acomodación progresiva en una sociedad de falsía, se superan con la idea de una vida plena y posible en convivencia; el actuar con base en valores, con un no rotundo a la “violencia”, una vivencia total con la naturaleza, una relación tolerante con los otros y a partir de todo lo dicho, en una palabra es vivir en armonía. Sin embargo, recusa sutilmente actitudes injustas y de envidia superándolas con espíritu sanador.
Narración, descripción, diálogo y reflexión son técnicas que usa desde una mirada metafísica y se convierten en el esfuerzo vital para abarcar y narrar desde su realismo subjetivo, su ser en el tiempo. Una circunstancia que en los primeros años era de desconocimiento de sí, evoluciona hasta encontrar la razón del sí mismo desde evocar la familia, el espacio edénico, el tiempo, las personas próximas a su vida hasta los quehaceres de la docencia y la escritura.
En esta forma se gestó su novela real de situación, sin narrador externo, ni testigos; porque él es el propio re-hacedor de su historia pensada, evocada y vivida. La narración fluye de principio a fin sin dar paso a dudas, a esperas o a cosas sin acabar; el escritor articula lo individual con lo social y expresa su realidad como un todo. Se compromete en sus apreciaciones a motivar a los demás, forma implícita en su novela, para crear un mundo social nuevo que sea motivo de alegría y felicidad como ha sido para él.
Finalmente retrotraigo un microtexto de la obra de Luis Saúl Vargas Delgado, “Camino al Edén: es mi vida” para terminar con las palabras que concretan lo que es esta novela autobiográfica: “Espero que como el agua natural, pura y cristalina que nace de los manantiales sin la ayuda de los humanos; de la misma manera quiero que fluya mi historia…”. Hombre rural, naturaleza, armonía, retrospección en el tiempo, utopía, superación y sencillez son los hilos de la realidad que se entretejen en esta aventura interesante para leer de una sola tirada.
Pamplona, Julio 7 de 2015